BAJO DE VÉLIZ
Esta excursión es un poco peculiar. No es para todos los gustos. Van por la ruta
20 en dirección a Santa Rosa de Conlara. Desde ahí seguí el cartel que dice a
Bajo de Veliz.
El bajo es una profunda y angosta depresión de 12 km de largo, recorrida de sur
a norte por el arroyo Cautana, a escasos 35 km de Santa Rosa del Conlara, en el
sector noroeste de la Sierra de San Luis.
Partiendo desde Merlo por la Ruta Provincial Nº5 hacia el oeste hasta Santa Rosa
del Conlara, a partir de allí unos kilómetros más y se llega a el Duraznito.
Aquí por Ruta Provincial Nº43 -de tierra- hace falta recorrer 15 Km más, el
camino corre en plena sierra, el paisaje ya no se mira, uno es parte de la
belleza. Al llegar a la Quebrada del Bonete comienza un pronunciado descenso de
4 Km que desemboca en el extremo sur del Bajo.
Los farallones cubiertos de vegetación, el arroyo rumoroso en el centro, un
silencio que casi no interrumpen los escasos pobladores y estamos en la cantera
de las famosas "pizarras de San Luis". En el bajo se encuentran fósiles de
animales y plantas hoy desaparecidas o existentes en otras latitudes. Este
yacimiento paleontológico es una angosta y alargada depresión en sentido
norte-sur de 12 Km. de largo y 1 Km. de ancho, enclavado en el borde nororiental
de las Sierras de San Luis. Sus particularidades climáticas: abundante
vegetación, fauna autóctona, arroyos de aguas permanentes y escarpados bordes
serranos le confieren, al Bajo Véliz, un marco particular.
Hace más de 320 millones de años, movimientos internos de la tierra provocaron
la fracturación de la Sierra de San Luis, generando esta depresión, que fue
seguidamente rellenada por los desechos provenientes de la erosión de las rocas
sedimentarias, areniscas y limos, quedando sepultada la flora y fauna existente
en el Período Carbonífero de la Era Paleozoica.
En el Bajo de Véliz podrás ver también la réplica de la araña más grande del
mundo que hoy está en poder de la provincia de Córdoba. Al final del camino
verás un Árbol conocido como "el Árbol de la vida", simplemente porque se ha
comprobado que sus hojas tienen propiedades medicinales. Este guayacán, único en
toda la región, es proveniente de Africa y nadie sabe cómo llegó a esta zona. No
se reproduce por semilla, por lo que ha quedado solito, salvo por tres hijos que
le salen a los costados y que siguen unidos a él por una enorme raíz como un
grueso cordón umbilical.